Atrapados sueňos invisibles,de
un grito desgarrador en mi alma.
No puedo encerrar las huellas, que son como sombras de espejismos.
Éste látigo qué castiga,
que muele de dolor.
Solo recuerdos y tristeza.
Espesa la conciencia de lo imposible.
Transeúnte efímero el lazo de este brillo.
Como reloj de arena, que pasa cómo polvo menudo el tiempo.
Se desvanece el pensamiento,llamado hombre; como pasar de un día; que solo quedan los recuerdos,que vagamente se pierden.
Lamento de obsesión la vida..
Autor: Willfrido Velázquez Gómez
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